¿Por qué aumentan los síntomas en esta época?
Con la llegada del otoño, muchas personas comienzan a experimentar síntomas molestos como estornudos frecuentes, congestión nasal, picazón en los ojos y dificultad para respirar. Aunque comúnmente se asocian la alergia con la primavera, el otoño también puede ser una temporada crítica para quienes sufren enfermedades alérgicas. En especial, el aumento de los ácaros del polvo y otros alérgenos ambientales en esta estación pueden desencadenar cuadros de rinitis alérgica y asma bronquial.
Los síntomas de alergia en otoño pueden empeorar
Durante el otoño, el clima más frío y húmedo crea un ambiente ideal para la proliferación de ácaros del polvo, pequeños organismos que viven en colchones, alfombras, muebles tapizados y ropa de cama. Al pasar más tiempo en espacios cerrados y poco ventilados, la exposición a estos alérgenos aumenta significativamente.
Además, en algunas regiones, las esporas de moho, también se elevan en esta época del año, lo que puede agravar los síntomas en personas alérgicas.
¿Qué síntomas pueden presentarse?
Los alérgicos a los ácaros del polvo suelen experimentar:
- Estornudos frecuentes
- Congestión y goteo nasal
- Picazón en la nariz, garganta y ojos
- Ojos llorosos o irritados
- Tos persistente
- Dificultad para respirar o sensación de opresión en el pecho
- Empeoramiento de los síntomas de asma
En niños y adultos, estos síntomas pueden afectar la calidad del sueño, el rendimiento escolar o laboral y la calidad de vida en general.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico correcto es fundamental para un tratamiento eficaz. El médico alergólogo realizará:
- Historia clínica detallada: para identificar los factores desencadenantes y el contexto de los síntomas.
- Pruebas cutáneas (Prick test): permiten detectar con rapidez la sensibilidad a distintos alérgenos.
- Análisis de sangre (IgE específica): en algunos casos se complementa con estudios serológicos para confirmar el diagnóstico.
Con estos métodos podemos identificar con precisión si los síntomas se deben a alergia a ácaros del polvo, moho u otros factores ambientales.
Tratamiento: Inmunoterapia, una solución a largo plazo
Además de las medidas de control ambiental y el uso de medicamentos (como antihistamínicos o corticoides nasales), existe un tratamiento que actúa directamente sobre la causa de la alergia: la inmunoterapia específica con alérgenos, también conocida como «vacunas para la alergia».
¿Qué es la inmunoterapia?
La inmunoterapia consiste en administrar dosis controladas del alérgeno al que el paciente es sensible (por ejemplo, ácaros del polvo), ya sea por vía subcutánea (inyecciones) o sublingual (gotas o tabletas), durante un periodo de tiempo prolongado (generalmente 3 a 5 años).
Son tratamiento personalizados, basados en el perfil alergológico de cada paciente y de su estilo de vida.
Beneficios:
- Disminuye significativamente los síntomas de rinitis y asma
- Reduce la necesidad de medicamentos
- Previene la progresión de la alergia y la aparición de nuevas sensibilizaciones
- Mejora la calidad de vida
Consejos para reducir la exposición a los ácaros en otoño:
- Ventilar los ambientes todos los días, incluso en días fríos
- Usar fundas antiácaros en colchones y almohadas
- Evitar alfombras y peluches en habitaciones de personas alérgicas
- Utilizar deshumidificadores si hay exceso de humedad