Experiencia personal redactada por un paciente de 12 años, diagnosticado de alergia a proteínas de leche de vaca, con alto grado de sensibilización,  al finalizar el tratamiento de desensibilizaciónMi experiencia con la LECHE

Yo desde pequeño, soy alérgico a la leche y a su proteína. Siempre que me quedaba a comer al comedor del colegio, me tenían que hacer una dieta aparte, apartarme de todos los compañeros (para que nadie cogiera o tocara mi comida con las manos sucias de alérgenos) y entonces,
me ponían con los niños pequeños que me preguntaban por qué mi comida era diferente de la suya. En el comedor escolar, los alérgicos a partir de que hacen 4º de E.P., se les coloca ya con sus compañeros de curso (ya que son más grandes y maduros). En ese momento, uno lo pasa fatal, porque todos tus compañeros, te empiezan a hacer preguntas de por qué eres alérgico, cuántas alergias tienes, por qué no comes eso… y todo el mundo te mira como si fueras raro, pero sin mala intención.
También, siempre que iba a una fiesta de cumpleaños, no podía absolutamente comer de nada. Siempre que iba con mi madre o con mi padre al mercado y me regalaban golosinas, tenía que decir que no y por qué (porque todo el mundo me lo preguntaba).
En fin, mi vida era agradable excepto a la hora de comer fuera de mi casa.
Hasta que conocí a la doctora Ángela Claver, que me arregló la vida por completo, con un nuevo tratamiento: «La Desensibilización a la Leche».
Este tratamiento, consiste en tomar leche de forma progresiva aumentando la dosis por semana, y en casa, ir tomando la dosis última incrementada en el hospital. Al principio, estuve una semana (4 días) ingresado en el hospital de Día de la DEXEUS. Comencé el día 25/06/2012 con 0.1 mililítros de leche de vaca, que fue la suma de toda la leche que tomé aproximadamente el primer día en 9 horas!!. Al siguiente día tomé en 9 horas 0.5 ml. de leche, y el tercer día de estar ingresado 1 ml.
Acabé la semana en 2ml, lo que quería decir que en casa durante una semana, tomaría 2 mml. de leche diarios. Hasta entonces, nunca había tomado leche de vaca. La semana siguiente, tomé 3 ml. y desde entonces he ido incrementando semana por semana. Aproximadamente cada semana, podía tomar una cosa nueva aparte de más leche: trazas de leche, donuts, galletas, embutido, golosinas, helados, turrón, actimel, yogur, croquetas, bechamel, y muchísimas cosas más…
Teniendo en cuenta que, antes de comenzar el tratamiento estaba a 387 de leche de IgE, dudábamos llegar a cifras como la que estoy ahora, 200mml. de leche (lo máximo de leche que se puede llegar con el tratamiento). Mañana, tomaré un «Petit Suis», y la semana que viene, una PIZZA.
Tengo que admitir, que antes de empezar, no quería hacer el tratamiento, pero el día que empecé, me di cuenta que me solucionaría la vida. Me gustaría terminar diciendo que:
Nadie tenga miedo en empezar

CARLES