La urticaria es una enfermedad en la que aparecen ronchas rojas o habones en la piel, que provocan mucho picor y desaparecen sin dejar ninguna marca.
La aparición puede ser súbita y desaparecer en minutos u horas para posteriormente aparecer en otras localizaciones. En ocasiones, se asocia inflamación de párpados o labios, llamado angiodema. Cuando las lesiones aparecen durante más de 6 semanas se considera urticaria crónica.
Se calcula que hasta un 20% de la población ha sufrido al menos un episodio de urticaria en su vida.
No es una enfermedad mortal, ni contagiosa pero puede llegar a afectar gravemente la calidad de vida de quienes la padecen.
¿Por qué se produce la urticaria?
Se produce por la liberación en la piel de una sustancia llamada histamina, junto con otras sustancias químicas. Estas sustancias se encuentran almacenadas dentro de unas células de la piel llamadas mastocitos.
El mastocito puede activarse y liberar las sustancias quimicas, por muchos motivos como picaduras de insectos, alergia a medicamentos, alergia a alimentos, infecciones, estrés… Sin embargo, la principal causa de la urticaria crónica es la autoinmunidad, derivada de una inmunoglobulina especial llamada IgE frente a estructuras propias del organismo. Cuando ocurre en la parte superficial de la piel provoca la aparición de habones. Cuando ocurre en la parte más profunda de la piel provoca la inflamación conocida como angioedema.
¿Cuáles son los síntomas de la urticaria?
El síntoma principal es el picor que suele ser muy intenso, posteriormente le sigue la aparición de ronchas o habones, que corresponde a una hinchazón con un área central pálida y rodeada por un enrojecimiento de la piel. Pueden ser de tamaño variable y afectar una zona concreta del cuerpo o de forma generalizada.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
El diagnóstico de urticaria se realiza observando las características de sus síntomas y realizando una exploración física.
El médico Alergólogo descartará una alergia alimentaria y medicamentosa, investigará la existencia de factores que pueden actuar como desencadenantes, como por ejemplo los medicamentos antiinflamatorios conocidos como AINES (ibuprofeno, aspirina…); y la diferenciará de otras enfermedades cutáneas que también pueden provocar picor en la piel.