Mi hija de 13 años tiene una alergia a la proteína de la leche de la vaca. Siempre hemos vivido en el extranjero y el diagnóstico de la alergia fue bastante difícil cambiando de país a menudo. Helena tuvo su primer choque anafiláctico con 4 años y tuvimos un par más los años siguientes. Así que la vida social, las salidas a restaurantes, excursiones del cole y todas aquellas cosas normales de la vida se nos complicaron. Teníamos que comprobar todos los ingredientes, las fiestas de cumpleaños y cualquier reunión social se complicaron porque Helena no podía comer nada, y además como reaccionaba con el contacto, también teníamos que vigilar y pedir a los otros niños que se limpiaran las manos antes de jugar con ella. Vivimos durante muchos años con miedo a acabar en el hospital o que nuestra hija tuviera una reacción grave. Al final decidimos que teníamos que probar algún tratamiento y nos organizamos para hacerlo con la Dra. Claver y el equipo de Alergia Dexeus.
La Dra. Claver no solo es excepcional por su experiencia y profesionalidad, sino también por su calidad humana. Al principio el tratamiento nos daba un poco de miedo, pero la Dra. Claver estuvo a nuestro lado en todo momento, y todavía hoy sigue acompañándonos. Diseñó un tratamiento a medida para mi hija y además nos acompañó (a mí también como madre) y nos ayudó durante todo el proceso.
Hemos acabado el tratamiento y mi hija ha mejorado mucho de su alergia, puede comer casi con normalidad, pero, además, ha perdido el miedo que tenía (y yo un poco también) y ha aprendido a conocerse y a gestionar su alergia mejor que nadie.
¡Que alegría cuando salimos ahora al restaurante!
Ojalá todos los niños y niñas con alergias a los alimentos tuvieran la suerte de que la Dra. Claver se cruzase en su camino.